Texto de estudio...

 

Origen del Globalismo o
“Nuevo Orden Mundial”

 

Mientras es siempre bueno estar informado sobre los acontecimientos y condiciones actuales del mundo, es también muy crucial que el verdadero pueblo de Dios esté completamente enterado de las razones y de las causas verdaderas para el espectro del Globalismo que ya está con nosotros. Estar informado en esta área crítica – entender cabalmente quién y qué está detrás de la intriga, el engaño, la conspiración – requiere que echemos una mirada al pasado – a las penumbras de los tiempos antiguos – al principio mismo.

 

RETROCEDIENDO  LAS  PÁGINAS

Si hemos de descubrir los orígenes verdaderos del movimiento hacia el dominio del mundo, estamos obligados a reflexionar sobre la evidencia que nos ofrecen las Sagradas Escrituras. De todos los documentos disponibles, la palabra de Dios, el Creador Supremo, es marcadamente la más informativa y digna de confianza. Lamentablemente, muy pocos le prestan la atención y credibilidad que merece. ¡Si combinamos juiciosamente el testimonio de la Biblia con el del mundo secular, es posible que podamos descubrir un verdadero tesoro de información – información crucial que puede llevarnos a conclusiones muy asombrosas referentes al verdadero significado de cierto pueblo antiguo, y de los acontecimientos y su conexión intrigante con lo que está ocurriendo detrás del escenario en el mundo de hoy!

Hoy, la innegable realidad es que las cosas son raramente lo que aparentan ser: ¡lo malo es bueno; lo negro es blanco; el día es noche! En nuestra búsqueda, simplemente no podemos permitirnos el lujo de asumir suposiciones injustificables o dar por sentado cualquier cosa. La palabra de Dios claramente nos informa que en un principio, el Divino Creador trajo a existencia todas las cosas – terrenales y celestiales, lo físico y lo espiritual.

El capítulo 3 de Génesis nos introduce a una confrontación entre el primer ser humano creado y una serpiente – no una serpiente regular del campo, sino un ser parlante, pensante, y en efecto muy astuto. La palabra hebrea nachash, traducida como serpiente, indica que esta criatura en particular era un ser encantador, un mago, un adivino y hechicero. Las Escrituras claramente conectan a esta supuesta serpiente con el archi-enemigo de todas las cosas del Eterno – Satanás el diablo.

La pregunta que surge entonces es: ¿Quién era Satanás?  Si su presencia en el jardín del Edén como el tentador de Eva se establece, entonces, ¿cuál es su origen y su propósito? La Biblia nos ofrece una bien breve, pero crucial evidencia al respecto. Aunque podemos estar un tanto familiarizados con la mayor parte de esta realidad trascendental, nos hará bien por lo menos usar esto como punto de partida en nuestra discusión.
Cuando se dice que en el principio el Eterno Dios creó todas las cosas, parte de lo que fue incluido en esta creación fueron las huestes de seres angelicales. Al unir los relatos bíblicos descritos en  Isaías 14 y Ezequiel 28, se nos esboza un cuadro verdaderamente asombroso –  un cuadro que impacta directamente sobre la pregunta: “¿Quién era Satanás?”

En Isaías 14, encontramos un decreto condenatorio – una sentencia – contra el tal llamado rey de Babilonia (v. 4). A medida que nos adentramos en el mensaje de esta sentencia, muy pronto podemos percibir que se trata de algo más que meramente un monarca físico. En realidad, este rey de Babilonia es un prototipo de algo mucho mayor, algo incluso de naturaleza espiritual. Note el cambio abrupto en el versículo 12:

“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas [ángeles] de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías 14:12-14).

Lucifer fue el nombre de un gran ser angelical quien en un momento distante en el pasado se rebeló en contra del Eterno Creador e intentó tomar el trono del cielo por la fuerza. El profeta Ezequiel nos provee detalles más instructivos acerca de este acontecimiento:

“Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. EN EDÉN, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; ...Tú, QUERUBÍN GRANDE, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.  Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.” (Ezequiel 28:12-15)

Lucifer, este querubín ungido, fue un ángel poderoso, versado; con poder y autoridad. Cuando pecó, pecó gravemente y fue arrojado del cielo por el ejército de Dios. Este extraordinario evento ocurrió en una era previo a la creación del hombre. Es en Génesis 3 que luego se menciona a este gran ser. Recuerden que las Escrituras establecen que Lucifer estuvo en el Edén, el huerto de Dios. El relato menciona solamente cuatro seres presentes allí – Dios, la serpiente, Adán y Eva. Es evidente que ni Dios, ni Adán ni Eva pudieron haber sido Lucifer. Y sabemos que la serpiente era Satanás (Apocalipsis 12:9). La evidencia es clara: Lucifer y Satanás eran uno y el mismo; el primero, Lucifer –  que quiere decir, portador de luz, o Lucero –  es el nombre con el que se le asociaba antes de su estrepitosa caída de la gracia; y el otro, su nombre de antagonista de la verdad, como se ejemplificó en su encuentro con Eva en el huerto.

El ferviente anhelo de Lucifer no era humillarse ante la presencia y el poder del Eterno Dios, Creador de todas las cosas, y, por ende, Autoridad Suprema. Él codició mucha más grandeza de la que le fue dada. Él no estaba satisfecho; tenía un apetito insaciable. Su objetivo era ocupar el trono del Eterno mismo. Él quería poseer la majestuosa posición de soberano universal de toda la creación.

En su rol como Satanás el diablo, este mismo ser aún anhela idénticamente la misma cosa. Muy pocas personas pueden realmente discernir que Satanás es más que simplemente un opositor del pueblo de Dios. Él es más que meramente la personificación del mal. Su meta va más allá de simplemente engañar a la humanidad. Su objetivo es claramente reinar sobre el universo. Él nunca ha repudiado su malévolo plan que originalmente concibió. El asunto del dominio del mundo, de un Nuevo Orden Mundial es meramente una parte de la trama o agenda diabólica por la cual Satanás cree que eventualmente puede reclamar el trono que, según él, le fue denegado en el principio.

Las maquinaciones sediciosas del hombre, las sociedades secretas, las actividades clandestinas, las conspiraciones malvadas son todas simplemente los resultados de la intervención e influencia directa de Satanás en la vida de los seres humanos. Los esquemas engañosos y los múltiples niveles de intriga son todos indicativos de la  mente engañosa de Satanás, el demonio en acción. La historia del insistente esfuerzo de ciertos hombres por el globalismo, por un gobierno mundial, son sencillamente las manifestaciones de la propia esperanza y plan del mismo Satanás para su anhelada conquista final.

 

SECRETOS DEL MUNDO ANTIGUO

De acuerdo a muchas fuentes autorizadas, el misterio más significativo de varias sociedades secretas, y en efecto de los numerosos cultos de la Nueva Era, se centran alrededor de un plan muy antiguo. Este plan se ha transmitido oralmente – de boca en boca – literalmente por miles de años. Se trata de aunar todos los esfuerzos, de ejercer presión hacia el establecimiento de un gobierno mundial – el amanecer de una nueva era del hombre. ¡Es, de hecho, el renacimiento de la famosa civilización supuestamente perdida de la Atlántida misma!

La historia de la Atlántida es generalmente relegada al plano de leyenda cuanto más, y como peor, al mundo de la ficción. Muchos de nosotros probablemente podemos recordar algunos detalles de este relato antiguo. Al presente, seriamente me cuestiono si este relato no merece más consideración, y quizás mucha más credibilidad que la que actualmente recibe. Hagamos un recuento de la idea general de la tradición Atlantidiana.

La fuente principal de esta anécdota se encuentra en los escritos del filósofo griego Platón, fechados alrededor del año 400 AC. Se dice, sin embargo, que esta historia se deriva de un relato oral transmitido desde mucho antes por otro filósofo griego, Solón, comúnmente llamado el padre de la democracia griega. Solón recibió el relato alrededor del año 600 AC mientras estudiaba con los sacerdotes del templo de la diosa Isis en Sais, Egipto. La leyenda entonces pasó oralmente por varias generaciones hasta el tiempo de Platón, cuando él la registró en uno de sus diálogos.

Solón, aunque griego, fue aceptado por los sacerdotes de Isis quienes le revelaron muchos de sus secretos. De acuerdo al relato, Solón fue bajado por una larga serie de escalones antiguos que eventualmente conducían hacia una cámara subterránea a través de la cual fluye una porción del río Nilo. El filósofo griego y sus anfitriones abordaron un pequeño barco y navegaron hacia una isla profundamente subterránea. En esta isla había dos columnas hechas del raro metal “orichalcum”, el fabuloso e indestructible material de la Atlántida. Sobre estas enormes columnas había escritos extraños en un lenguaje incomprensible, desconocido para Solón.

Solón fue instruido que las columnas fueron erigidas allí años previos por una raza de gentes quienes desaparecieron misteriosamente. Según esta tradición, la mencionada civilización estaba localizada en el antiguo continente de la Atlántida. Las inscripciones enigmáticas en las columnas se dice que eran las “leyes de la Atlántida”, dejadas allí para guiar a la humanidad hasta el tiempo determinado cuando la era de la Atlántida renacería y florecería una vez más.

La Atlántida estaba aparentemente gobernada en ese tiempo por una asociación de “estados  cooperativa” de diez reyes conocidos como la “Liga Atlantidiana”. De acuerdo con la tradición, estos reyes tomaron una decisión trascendental de invadir los otros continentes de la tierra y someterlos bajo dominio. Esto, sin embargo, fue una trasgresión a la ley de sus dioses quienes se indignaron grandemente. El dios principal, Zeus, se vengó destruyendo totalmente la Atlántida, causando que el continente se hundiera bajo las olas del océano.

Garantizado, esta narración puede fácilmente ser divulgada como mitología, pero temo que de ser así se perdería el entendimiento que se puede obtener con respecto al origen antiguo del llamado Nuevo Orden Mundial.  De primordial importancia es el hecho de que la leyenda de la Atlántida se admite como la base sobre la cual prácticamente todas las sociedades secretas fueron fundadas. Esto sólo catapulta la historia de la Atlántida a una posición de prominencia. El eminente líder masónico, Manley P. Hall, una vez señaló:

“La liga de los diez reyes es la asociación de ‘estados cooperativa’ de la humanidad, la forma natural y propia de gobierno humano. La leyenda de la Atlántida es, por lo tanto, el arquetipo o el patrón de gobierno que existió en tiempos antiguos, pero que fue destruido por el egoísmo y la ignorancia del hombre” (El destino secreto de América, 1944, p. 59).

Sí, la tradición masónica en efecto puede ser trazada muchísimos años atrás a la civilización aparentemente mitológica de la Atlántida. De hecho, la sociedad influyente de los inicios masónicos claramente entiende que el patrón de gobierno que prevaleció en el continente de la Atlántida, es su propio modelo para un gobierno mundial y el lanzamiento de una nueva era.

La desaparición de la Atlántida fue uno de los eventos más cruciales de toda la historia humana. El conocimiento sobre este gran reino nunca se perdió. Ha sido preservado tanto oralmente como en palabra escrita. Su realidad difícilmente puede ser negada. El anhelo de los que están en el movimiento globalista siempre ha sido restaurar el sistema de vida de esta fabulosa civilización perdida.

El padre de la Masonería moderna, Sir Francis Bacon, escribió un libro a principios del 1600 titulado “La nueva Atlántida”. En esta obra expuso la idea para una sociedad utópica al otro lado del océano de Europa donde la humanidad podía construir una nueva civilización basada en los principios de gobierno que él creía eran aquellos del legendario continente perdido de la Atlántida.

María Bauer Hall escribe en su libro, “Colección de emblemas antiguos y modernos”, lo siguiente:

“Verdaderamente el sexto gran Imperio del mundo Occidental tuvo sus comienzos con la llegada de Sir Francis Bacon... el verdadero padre de la democracia, el actual y verdadero fundador de América... y [quien] fue guardián y protector de su historia durante los últimos trescientos años... Él es el fundador de la Masonería Libre... el guía de la Orden de los Rosacruces, de la cual sus miembros mantuvieron viva la antorcha del verdadero conocimiento universal y la Doctrina Secreta de las edades durante la noche oscura de la Edad Media. Bacon ha sido iniciado en el nuevo liberalismo representado en toda Europa por las sociedades secretas intelectuales dedicadas a las libertades civiles y religiosas... Más tarde, cuando el momento fue propicio, lanzó su plan de colonización inglesa para América... abrigando el sueño de una gran asociación en la Nueva Atlántida” (pp. 9-10).

 

LAS ESCUELAS DE LOS MISTERIOS SE REMONTAN A LOS TIEMPOS ATLANTIDIANOS

Hoy día el portavoz principal del movimiento de la Nueva Era,  es el inglés, Benjamín Creme. Desde los comienzos de 1970 Creme ha declarado haber sido directamente contactado por un señor Maitreya, a quien describe como una entidad espiritual que reclama ser el Cristo venidero. Al señor Maitreya se le adjudica el título de “el Mesías de la Nueva Era”, y se cree que está vivo y bien activo en Londres, Inglaterra en este preciso momento. He aquí lo que Benjamín Creme escribió en su libro, “La reaparición de Cristo y los maestros de la sabiduría”: “El proceso de iniciación fue instituido en tiempos mid-Atlantidianos, y sus vestigios en Egipto, Centroamérica, Méjico, Perú, Caldea y Babilonia, se relacionan con estas civilizaciones antiguas. Son formas degenerativas de éstas, pues la civilización Atlántida fue una tremenda civilización científica, tal cual nunca el mundo ha visto. En Egipto los requisitos de iniciación  eran conocidos, pero secretamente, pues no existía enseñanza externa como hoy día. La religión antigua de la Atlántida es lo que hoy llamamos espiritualismo... La religión del antiguo Egipto era espiritualismo; la religión de China por los últimos 4000 años, es un tipo de espiritualismo” (p. 222).

La agenda hoy día, hermanos, es el renacimiento de la antigua Atlántida, y con ello el sueño “Atlantidiano” – dominio y control total del mundo en manos de la élite influyente. La verdadera fuerza de las sociedades secretas tanto históricas como presentes, es la de restituir una nueva asociación de diez estados “cooperativa de la humanidad” – en efecto, una nueva “Liga Atlántida”. Esto se considera que es la forma natural y propia de gobierno humano y el más alto llamado al que una persona puede dedicarse.

 

¿FUE LA ATLÁNTIDA MERAMENTE UN MITO?

Como señalé anteriormente, el continente “perdido” de la Atlántida es considerado por la mayoría de los proponentes de la Nueva Era como solamente una leyenda, en efecto, un mero mito. Ninguna credibilidad en absoluto le es dada a la historia, aun cuando data de origen muy antiguo. Creo que debemos por lo menos estar dispuestos a darle el beneficio de la duda.

Me parece que la información esbozada que tenemos de la civilización Atlántida, su forma de gobierno, su estructura y sus metas, pudieran posiblemente conducirnos a ciertas conclusiones potenciales que son muy interesantes. Por ejemplo, se dice que la Atlántida es de tiempos primordiales. Se le describe como haber existido miles de años atrás. Se da por sentado que estos datos son indudablemente exagerados y por lo tanto algo dudoso.  Basta decir, sin embargo, que la Atlántida siempre ha sido considerada como una de las civilizaciones más antiguas, precediendo todas las sociedades e Imperios venerables de la antigüedad, incluyendo Egipto, Asiria, Acadia – (habitantes semíticos de la Mesopotamia central, 2000 AC) – , Babilonia y Sumaria. Mi pregunta por lo tanto es: de acuerdo con las Escrituras, ¿qué periodo de tiempo precedió a estas civilizaciones antiguas? ¿No fue el mundo pre-diluviano?

En segundo lugar, la era de la Atlántida fue una de extraordinario progreso en el desarrollo de la metalurgia, en la música y el arte; en la agricultura y en la construcción de grandes ciudades. Es bastante intrigante notar que el breve relato bíblico que se nos da sobre el mundo pre-diluviano enfoca estos mismos adelantos. Note el relato en Génesis 4:

“Salió, pues, Caín de delante de Jehová y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. Y conoció Caín a su mujer, la cual dio a luz a Enoc; y EDIFICO UNA CIUDAD, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.  Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y CRÍAN GANADOS. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan ARPA Y FLAUTA. Y Zila también dio a luz a Tubalcaín, artífice de toda obra de BRONCE Y DE HIERRO” (Génesis 4:16-22).

Tal parece muy cierto de que aquí Dios nos dé un simple relato bosquejado de lo que se estaba desarrollando durante el tiempo previo al diluvio “Noediano”. La civilización durante este periodo de tiempo era bastante adelantada; muy  progresiva.  Por supuesto, como en todos estos tipos de sociedades, los que “tienen” dominan y controlan sobre los que “no tienen”.

Una tercera semejanza entre la tal llamada perdida civilización de la Atlántida y la descripción bíblica del mundo pre-diluviano es el hecho de que en ambos casos las gentes fueron destruidas casi instantáneamente por agua, y que su muerte fue por causa de su iniquidad.

Posiblemente la principal autoridad en el tema de la Atlántida lo fue Ignatius Donelly. En 1882 él concluyó que los paralelos entre la Atlántida y la era pre-diluviana eran tan casi idénticos, y tan significativos, que, en efecto, eran uno y el mismo:

“El Diluvio claramente se refiere a la destrucción de la Atlántida, y concuerda en muchos detalles importantes con el relato de Platón. La gente destruida era, en ambos casos, la raza antigua que había formado la civilización; que había estado anteriormente en un estado de contentamiento y sin pecado, que se tornaron grandiosos y malvados; que fueron destruidos por sus pecados – fueron destruidos por agua” (La Atlántida–EL Mundo Ante-diluviano, p.192).

Además, es  muy significativo que el modelo de gobierno Atlantidiano, consistía de diez reyes unificando sus poderes para controlar el continente completo, formando así una asociación de naciones o lo que nosotros llamaríamos, ¡¡¡las Naciones Unidas!!!  Con respecto a esto, era tan claro, que Cristo mismo se refirió a ese mundo y sistema pre-diluviano o Atlantidiano como un tipo de la clase de sociedad que existiría en el mundo en los días de Su segunda venida:

“Mas como en los días de Noe, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37-39, ver también Lucas 17:26-29).

Si esto es así, no es de extrañarnos que los libros de Daniel y Apocalipsis, ambos predicen que ese mismo ideal será la agenda de aquellos que desean el control del mundo en el tiempo del fin. Recuerden que la cuarta y terrible bestia de Daniel (capítulo 7) tenía diez cuernos, y se nos ha indicado que estos diez cuernos representan a diez reyes que se levantarán (v. 24).

El libro de Apocalipsis hurga aún más profundamente en la estructura de poder de los tiempos del fin. En el capítulo 13, por ejemplo, vemos que la bestia de Juan también tiene diez cuernos. Pero es en el capítulo 17 que se nos da un detalle más amplio; comenzando en el versículo 12, leemos:

“Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. Estos también tienen un mismo propósito y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas. Y los diez cuernos que viste en la bestia, estos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios” (Apocalipsis 17:12-17).

¿Es de extrañarnos, por lo tanto, que la Atlántida juega un papel central en la idealización y planificación de los líderes y filósofos de la Nueva Era? ¡Por supuesto que no! El plan de la propuesta Nueva Era es simplemente el renacimiento de las antiguas escuelas de los misterios del mundo pre-diluviano, cuando Caín y sus descendientes, inspirados y poseídos directamente por poderes demoníacos, intentaron dominar el mundo de aquellos días.

Troy Lawrence, en un tiempo discípulo de Benjamín Creme, y empleado del “Creme’s Tara Center”, se rebeló y repudió los objetivos satánicos de esa organización y escribió un libro titulado, “El Mesías de la Nueva Era Identificado”. Él se hace la siguiente pregunta:

“¿Qué es la sociedad de la Nueva Era? Es la Sociedad “Ario-Luciferina”. Esta sociedad data desde la era ante-diluviana (antes del gran diluvio). La Biblia nos indica que fue una sociedad perversa, tanto, que Dios la destruyó con un diluvio. La sociedad que existía entonces, practicaba el arte de la magia negra que incluía la astrología (alineando el curso de las estrellas con la actividad humana), la necromancia (evocación de los muertos – espíritus malos personificando a los muertos – para conocer el futuro),  y poderes síquicos. Sus lugares santos consistían de cavernas en las montañas. Cuando estaban afuera en el desierto, lejos de las montañas, construían los “ziggurats” (montañas santas). Estas “ziggurats” son similares a las pirámides de Egipto.  Los antiguos construyeron cavernas dentro de estas estructuras. Cerca de la cima, la mayoría de ellos tenían un símbolo del zodiaco” (p. 71).

Mientras que la leyenda de la Atlántida ha sido indudablemente exagerada y “adornada” al transcurrir del tiempo, puede haber muy poca duda con respecto a la realidad de su antigua existencia. Ambos, la Biblia y la historia secular, coinciden en darnos realmente dos perspectivas diferentes con respecto del mismo asunto. Decididamente, la Atlántida no puede ser relegada al plano de mero mito. La Atlántida fue real. De hecho, es el eslabón conexivo, la pieza del rompecabezas, que lleva al objetivo final de Satanás el diablo desde los tiempos antiguos de Caín y de los habitantes del mundo pre-diluviano, al presente.  ¡Los planes nunca han sido alterados!

La evidencia fuertemente nos sugiere que el sistema de misterios que con regularidad le atribuimos a las antiguas escuelas religiosas de Caldea, actualmente se originó mucho antes en tiempos ante-diluvianos. Fue, posiblemente, el mismo orden pernicioso y profano que Caín y su genealogía promulgaron, implicando adoración directa a Satanás el diablo. Esa sociedad, como las que le siguieron, eran controladas y explotadas por un círculo de ricos y poderosos conspiradores inescrupulosos. ¡Esto ha llevado  precisamente al mundo del presente hacia donde se dirige ahora – a la total y completa destrucción si no fuera detenido por el misericordioso Dios Creador!

¿Cómo pudo la antigua mitología y adoración pre-diluviana ser transportada al nuevo mundo post-diluviano? Podemos conjeturar solamente – pero hay razones suficientes para por lo menos sospechar que pudieron haber venido a través de Cam, uno de los tres hijos de Noé. Aunque no tenemos prueba irrefutable y absoluta disponible, es acertadamente posible de que Cam pudo en efecto haberse casado dentro del linaje de Caín mismo.  Si esto es así, entonces, él pudo haber sido iniciado en los misterios antiguos. Es evidente, más que un interés efímero, que la progenie de Cam ha sido particularmente señalada en los apuntes del libro de Génesis como haber estado envuelta en acciones reprensibles y aun diabólicas. Por ejemplo, se nos advierte, vívidamente, sobre el pecado, aparentemente sodomía, de Canaán, el hijo de Cam (Génesis 9). Y además, que Nimrod, el nieto de Cam, fue el fundador de Babilonia, y el padre de la religión falsa que prevaleció en el mundo post-diluviano. Es también bastante instructivo notar que cuando Caín fue desterrado de la presencia de Dios, él viajó hacia la tal llamada tierra de Nod, al oriente del Edén. Yo les planteo a ustedes que es bien posible que el comienzo de los antiguos misterios paganos y el verdadero origen de las primeras sociedades esotéricas empeñadas en la conquista y corruptela mundial, muy bien pudieron haber estado en la misma área geográfica donde Nimrod comenzó su “viaje al poder” – a su Babilonia.

La leyenda Atlantidiana parece establecer la base ideológica sobre la cual descansan todas las sociedades secretas. Ya sea la  “Asociación Cooperativa de diez  reyes”, “El Imperio Filosófico”, “La Nueva Liga Atlántica”, “El Nuevo Orden Mundial” o simplemente “La Nueva Atlántida”– el significado es siempre el mismo:  establecer  un  lucífero  (resplandeciente, iluminado, culto) Gobierno Mundial.

¿Qué es un lucífero gobierno mundial? En realidad es un gobierno y un mundo libre de religión, que excluye del todo al verdadero Dios, e instala el humanismo y finalmente la adoración a Satanás mismo, como los pilares preeminentes de la sociedad. El famoso líder de la libre masonería, Manley P. Hall, describió la búsqueda de este tipo de civilización:

“Por más de tres mil años, las sociedades secretas han laborado para crear el trasfondo de los conocimientos necesarios para el establecimiento de una lucífera democracia entre las naciones del mundo... El crecimiento de la iglesia cristiana trajo persecución... guiando al gremio (de las sociedades secretas) hacia una mayor secretividad; pero todos han continuado la búsqueda por la felicidad humana bajo una variedad de rituales y símbolos; y todavía existen hoy” (El Destino Secreto de América, p. 72)

Es asombroso y alarmante cómo este concepto se ha diseminado extraordinariamente entre los lideres políticos, financieros e industriales del mundo de hoy. En efecto, no existe mayor personificación de esta noción que aquella que se ejemplifica en el espíritu de la actual “Organización de las Naciones Unidas”.

En su atrevida y descabellada rebelión contra Dios, Lucifer trató de dominar el universo, y destronar al Dios Eterno en los cielos. Aunque fue derrotado, ni él ni sus malévolos planes para conquistar señorío y control fueron destruidos. Lo que vemos surgiendo hoy como el Nuevo Orden Mundial no es nada nuevo en ninguna manera. Es pura y simplemente la constante actividad de Satanás por ver cumplido su sueño – el mismo  que llevó al mundo pre-diluviano a la total destrucción por la directa intervención del Dios Todopoderoso. En el tiempo del fin, y por idénticas razones de iniquidad, el Eterno Dios permitirá que este sueño se convierta en una horrorosa realidad por solo un breve momento, pero aun así, las Escrituras describen este tiempo como uno sin igual ni antes ni después. Ese tiempo ya se acerca, hermanos. Es inexorable y finalmente inevitable. ¡Su espectro se vislumbra DESDE YA en el horizonte de nuestro mundo! ¡Muy ciertamente, es tiempo de despertar del marasmo aletargador y renunciar totalmente a los deseos de la carne, y llegar a una completa armonía con los planes y propósitos del Eterno Dios, la autoridad Suprema de los cielos y la tierra!                                              *******  

 


Texto original en inglés "ORIGIN OF THE NEW WORLD ORDER" por Jim Rector
Traducción: Rosalyn Maldonado de Rosa

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